Aunque la mejor opción es acercarse a un terapeuta o psicólogo y crear un criterio propio que seguro guiará a la mejor elección de con quién trabajar, aquí te presentamos algunos aspectos básicos a tener en cuenta.
Seguro que una vez que te has decidido en buscar ayuda surgen varias preguntas como, ¿con quién?, ¿en qué lugar?, ¿qué tipo de corriente?, ¿con cualquiera es igual?, y estas sólo son algunas de las muchas preguntas que uno puede tener a la hora de buscar iniciar un proceso terapéutico. Pues bien, te mostramos algunas consideraciones pertinentes que creemos debes de conocer antes de iniciar un proceso terapéutico.
Algunas consideraciones éticas
Hay muchos centros de servicios terapéuticos y psicológicos, así como consultorios independientes, que ofrecen varios servicios y a diferentes costos, pero, lo importante a considerar es que en algunas ocasiones muchos no están capacitados para brindar un proceso terapéutico. En la Ciudad de México por ley está establecido que sólo las personas que posean mínimo un posgrado pueden ejercer la psicoterapia o terapia psicológica, es decir, los licenciados en psicología no tienen los suficientes recursos teóricos y prácticos para ejercer psicoterapia, además de estar infringiendo la ley (para más información te dejamos la Ley de Salud Mental de la Ciudad de México: http://aldf.gob.mx/archivo-2b00f46641b3fa38c97453e24b3f8468.pdf).
El tener un posgrado significa que le anteceden horas de preparación teórica y práctica en la cual se aprendió un marco teórico específico para poder trabajar con una cierta técnica, que tuvo horas de supervisión con una persona capacitada para poder hacer usos técnicos terapéuticos de la terapia, horas de práctica supervisada en alguna institución pública y privada, e inclusive el propio proceso terapéutico del profesional, entre otras actividades que lo acreditan como terapeuta.
Las corrientes terapéuticas
Existen distintas formas de hacer terapia, algunas tienen formas diferentes de actuar y otras de pensar las patologías de los pacientes, formas de intervenir y hasta de diagnosticar, sin embargo, todas convergen en lo mismo, en la búsqueda del bienestar de las personas.
Actualmente hay divulgaciones y artículos que hablan sobre si una corriente es mejor que otra, pero la realidad es que de haber sólo una corriente efectiva las demás desaparecerían, cosa que a través de los años no ha pasado, pues cada teoría, paradigma o corriente psicológica, no es más que una forma de acercarse a eso que llamamos mente. En la actualidad no existe corriente psicológica que albergue todas las respuestas y/o técnicas a los malestares de las personas, una única forma de hacer psicoterapia no es suficiente, todas tienen una forma y camino específico para buscar el bienestar de las personas, es por eso considerar los siguientes puntos.
Comodidad y confianza
El punto más importante, y es algo que le toca a cada persona, es la comodidad y el bienestar durante el tratamiento.
Escoger a un terapeuta es como el «dicho» -a fuerza ni los zapatos entran-.
La relación terapéutica es una relación muy especial, pues es un espacio de confianza y de conocimiento propio que es difícil encontrar lejos de un espacio especializado, es por eso, que si hay algo que no te estás sintiendo bien es importante dar nota de ello, lo primero es hablarlo con el terapeuta, para ver si es un fenómeno propio del proceso terapéutico, es decir, puede que no te estés sintiendo cómodo como resultado de estar trabajando algún tema que te sea complicado, y no es necesariamente que esté haciendo un mal trabajo tu terapeuta.
En ocasiones van a haber sesiones complicadas, con pensamientos y sentimientos difíciles de manejar, pero si en algún momento te sientes atacado, regañado, el terapeuta da muchos juicios de valor (divide según su criterio qué cosas están bien o mal sin justificarlo), te sientes incómodo o crees que está cruzando un límite, es importante que te preguntes si estás con un profesional capacitado.
No existen remedios mágicos
Hay algunos centros o páginas de servicios psicológicos que prometen que en un reducido número de sesiones tus malestares emocionales van a desaparecer, y que los resultados van a ser permanentes. Pues bien, los resultados permanentes y rápidos no existen, las particularidades de las emociones son muy complejas, conforme va pasando nuestro desarrollo de vida, también lo va haciendo la parte emocional, y en la vida enfrentamos diversas dificultades, como la muerte de alguien, situaciones económicas complicadas, problemas familiares y sociales, entre otros; simplemente uno no puede estar preparado para todo ello, sin embargo, un proceso terapéutico llevado de una forma profesional y ética te puede dotar de algunos recursos emocionales y racionales para manejar la situación, en otras palabras, habrán cosas que dolerán en la vida, pero a la hora de enfrentarlo no estarás en cero.
La duración del proceso terapéutico
Así como hablábamos de diferentes corrientes terapéuticas, las variaciones en los tiempos pueden ser diferentes de corriente a corriente, y esto dependerá de su metodología y objetivos a tratar. Muchos anuncios de centros terapéuticos y otros que no lo son, como los programas de coaching, prometen ayudar a curar en pocas sesiones cualquier tipo de males y con una mejoría permanente, y más allá de ser un anuncio deshonesto, es importante reconocer que los procesos breves que si bien existen, no son útiles en todos los aspectos y se enfocan a un cierto tipo de problemáticas específicas.
La mayoría de los procesos breves tienen un marco de duración de entre 6 meses y 1 año. Un proceso terapéutico considera una duración mayor a la de 1 año. Y si bien los marcos teóricos marcan estos tiempos, nada garantizan que tengan que durar eso, los tiempos variarán dependiendo de la problemática que se lleve a trabajar, los aspectos de resiliencia de cada persona, la habilidad del poner a prueba los cambios necesarios en la vida, entre otros tantos factores que determinarán el avance de la misma.
Si bien el profesional de la salud tiene una responsabilidad ética cuando se acercan personas a pedir consulta, es importante recordar la relevancia que tiene la propia responsabilidad de su vida del que consulta. Si uno no quiere responsabilizarse de su vida y de los cambios que ésta requiera para mejorar, aún con un terapeuta calificado, poco se podrá hacer.